La parroquial de Navasa está
ahora dedicada a la Asunción de la Virgen. Comenzó a edificarse en el siglo XII,
cuando al parecer se advocó a Santa Eulalia, patrona tanto de la población como
de una sencilla ermita moderna, a la que fue posteriormente transferido el
culto de la santa durante algún proceso no documentado. Después de varias
modificaciones y ampliaciones, la parroquial, de la Asunción, fue finalmente
restaurada en 2010, luciendo hoy un fenomenal aspecto.
En Navasa sí podemos contemplar la bella arquitectura del templo. La iglesia es de nave única, con capillas laterales añadidas a posteriori, quizá en el siglo XVI, al tiempo que se levantara la torre y la sacristía. La esbelta torre, símbolo de la población, es de cuatro cuerpos, delimitados por impostas. En el lienzo este del segundo tramo de la torre, la restauración dejó un pequeño ventanal, fabricado con elementos reutilizados, entre los que sobresale un capitel jaqués de gran porte y temática vegetal. La cabecera se compone de ábside semicircular, con presbiterio a menor altura que el resto de la nave. Sus volúmenes están bien señalados al exterior.
Exteriormente, la
fábrica de la iglesia es de grandes sillares, perfectamente escuadrados y
ajustados, sin marcas de cantería. Toda ella se vería recrecida en altura,
probablemente al tiempo que se levantó la torre, y como demuestra el cambio del
sillar al sillarejo justo por debajo de la decorada cornisa. El ábside tiene en
su centro un ventanal de medio punto y doble derrame. La cornisa viene
sustentada por una serie de canecillos, algunos de los cuales muestran
decoración a base de rollos, geométricos o bolas.
Al sur de la nave se ven las huellas de una apertura cegada, quizá una gran capilla de arco apuntado, y que sería posteriormente sustituida por las dos laterales, más adelantadas. Bien podría haber sido también la salida a un pequeño claustro, duda que sólo podrá resolver la arqueología. Al lado norte de la nave del templo se ubicó un pequeño cementerio. Al menos resta una graciosa lápida del XIX, situada en el ángulo noroeste de la nave.
Bajo su moderno pórtico, su portada es el otro
elemento principal de la iglesia. Más concretamente el tímpano que la decora,
al interior de tres arquivoltas de borde biselado, excepto la central, que
muestra baquetón. El tímpano, monolítico, muestra un crismón trinitario de ocho
brazos, con sus símbolos en posición ortodoxa, y con varias figuras a sus
lados, de ambiguo significado. A la izquierda vemos en primer plano un
cuadrúpedo, quizá un tosco león, tras el que aparece de medio cuerpo una figura
con pechos remarcados y facciones sencillas. Al otro lado, lo que parece un
jabalí en primer plano y sobre su lomo, un ave, que aun sin parecerse podría
ser, como en la catedral de Jaca, un basilisco, elemento negativo como el jabalí.